El proyecto, construido con la tecnología de Biodesign, vio la luz en Porto Cesareo, uno de los lugares más pintorescos a orillas del mar, en el extremo sur de Italia.
En este lugar, la costa está compuesta casi exclusivamente por rocas que llegan directamente al mar, entrecortadas por maravillosas playas a las solo se puede acceder en barco.
Para subsanar este inconveniente, un grupo de empresarios locales ha querido crear una parte de mar y playa de fácil acceso, para poder recibir a un gran número de personas. El proyecto ha sido posible únicamente gracias a la tecnología de construcción de Biodesign: efectivamente, las autoridades competentes aprobaron este proyecto ya que el mismo se integra en un marco natural magnífico y no invade el medio ambiente.
El complejo de piscinas está formado por tres piscinas (con una superficie total de 3400 m²), dos de las cuales son desbordantes para dar la impresión de una continuidad con el horizonte. El agua de las piscinas desborda en un canal fuera de la zona de baño de 300 m², el cual sirve como cubeta para el depósito regulador enterrado.
La piscina más baja tiene un trazado muy curvilíneo y un puente de madera que la atraviesa. En el centro de la parte más ancha de esta piscina emerge una duna de arena, con un géiser de aire/agua de chorro intermitente.
La tercera piscina ha sido específicamente estudiada y diseñada para los niños, en una zona algo separada, para preservar la tranquilidad de las otras piscinas y, a la vez, permitir una mejor vigilancia desde las inmediaciones de las otras piscinas.